E.M., más conocido como “el mago”, dice que
soy único jugando al ajedrez, que les envuelvo, les atraigo y les hago caer
hacía donde yo quiero. Que soy un profesional.
Yo le miro sonriendo, hasta que me sale la
risa, pues, en el fondo, efectivamente, esto es una partida de ajedrez. No es
mi intención envolver, ni atraer, ni menos aún hacer caer. De hecho, realmente,
ni envuelvo, ni atraigo, ni hago caer. Creo que pocos, entre ellos él, conocen
mis verdaderas intenciones, las intenciones de mi corazón. Tío... eres un puto
romántico..., pero tranquilo, que no descubriré tu secreto.
La cuestión es ¿por qué cojones me buscan?
¿Porque huevos me siguen buscando? No es que me moleste, es que, simplemente,
estoy agotado, ¿no se dan cuenta?
A veces me gusta escribir sobre lo que
realmente me ha pasado, lo que me pasa, aunque me haya hecho atormentar muchas
noches y no pueda dormir.
Me gusta porque ha sido, es, emocionante
vivirlo, con mis errores, de los que no me arrepiento pues, siempre he actuado
con el corazón, así es.Quien actúa con el corazón no se equivoca nunca, si lo hiciera de manera fría, me equivocaría, pues no se hacerlo, ni estoy acostumbrado.
Aún así parezco un auténtico témpano de hielo. Sin alma, como en esta partida de ajedrez, de la que dependen tantas cosas. Para que se me entienda, un pedazo de chulo, prepotente y gilipollas. Aunque tenga que mirar fijamente y decir no.
- Si.
- Quique, ¿Qué tal? soy J.A.P.
- J.A... ¿Qué tal? cuanto tiempo.
- Pues sí, ¿Qué tal todo? ¿Bien? Te
necesitamos, confiamos en ti.
- Yo ya no puedo J.A., estoy agotado,
consumido.
- Eres el mejor.- De verdad... gracias...
- Piénsalo.
- Ya está pensado. Ayudaré. En todo lo que pueda. Eso siempre. Pero sólo eso.
- ¿Lo harás?
- Sabes que sí.
- Hablamos entonces.
- Hablamos, adiós.
- Adiós.
A ver a ver a ver, ¿pero que haces tío??? ¿Porque
le dices que sí???? ¡Marca! ¡Marca!!! Marca ese teléfono, y ¡mándales a la puta
mierda de una puta vez!!!
Niego con la cabeza. Cierro los ojos. Me
enciendo un cigarro. Miro al suelo. Miro al frente. Miro al cielo. Suspiro.
No voy a contar aquí la partida de ajedrez.
Suelen ser aburridas. Con miradas, con pausas, con estrategias. Se me enroco el
rey blanco, pues se vio aislado. Y el rey negro se puso de rodillas, sin
piedad. Ambos están muertos.
- Joder Quique siempre te llevas tú todos los
golpes.
- Tranquilo C.G., ya estoy acostumbrado,
realmente me la suda. - Joder pero es injusto, eres un buen tío.
- Eso no importa ahora, no lo pienses. Yo no soy nadie. Tienes fuerza. Nadie te hará sombra.
- Tengo dudas.
- No. No las tienes R.G. Yo estaré ahí. Cuidaré de ti y tu familia, aunque me vaya la vida en ello. Te lo aseguro. ¿Qué más quieres? Más es imposible.
- Tienes poder, lo intentarás.
- ¿Poder yo? Jajaja, no.... ¿Intentarlo? No. Ya lo hago. Ya lo estoy haciendo. Sigue.
- Tío, esto se va a la mierda.
- Siempre hay esperanza R.C., tú deberías saberlo el primero.
- ¿Por qué lo dices?
- Ya lo sabes, te conozco y tú a mí, aunque dudes.
- ¿Puedo?
- Quieres y debes.
- ¿Aconsejar? ¿Yo? Yo no se dar consejos, ni me gusta darlos, ni que me los den, si alguien te da un consejo, desconfía de él.
- ¿Entonces?
- No tengáis piedad, pues ninguna habréis de recibir.
- Consejo es.
- No, sólo es amor.
Borrachos. ¡Ey!, ¡venid! Que os voy a
presentar, este es Quique, es el puto amo… ¡el puto amo! Jajajaja…
Jajajajaja, no digas eso C.G…
- Déjales. Ya tendrán tiempo de sufrir un poco.
Déjales que disfruten ahora.
- ¿Sabes? Espero que no me odien por todo
esto. - Bah, ya son mayorcitos...
- Jajaja, pues sí. Lo sé. Tú lo sabías desde un principio.
- Te conozco Kike Potter…, tú serás el puto amo, pero yo soy un mago.
- Me duele por ese Rey blanco.
- Así tenía que ser, no sufras por ello. Has ganado la batalla y creo que definitivamente la guerra.
- Ya veremos.
- ¡Descansa de una vez! Ya está bien Kike, ¡ya está! ¡Disfruta joder!
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