martes, 9 de junio de 2015

Aprendíz de caballero


Era el más fiel. No pronunció ningún juramento, así pudo ser libre.
Dio esperanza a los hombres, pero ninguna guardó para él.
Ni siquiera una última torre, ni ave que acudiera a darle la bienvenida.
Porque al contrario que sus hermanos, no buscaba el poder ni las joyas. Sólo trajo tesoros para ofrecer y ayuda para entregar.
Porque sólo buscaba pasear por los bosques.

Corazón puro y noble. Podría haber sido el Rey que trajera la paz a la Tierra.
Dio esperanza a los hombres, pero ninguna guardó para él.
Ni siquiera una última isla, ni ruiseñor que le cantase.
Porque donde más se manifiesta el mal es en las dudas que forja en la gente de bien y él, amante de la libertad, solo miraba fijamente a los ojos.
Porque sólo buscaba que los corazones entendieran.

Abandonado y maltratado. Nunca quiso pedir ayuda, pues creía en el amor.
Dio esperanza a los hombres, pero ninguna guardó para él.
Ni siquiera un último castillo, ni princesa que sanara sus heridas.
Porque veía caer, uno a uno, a sus guerreros y él, solo en el borde, aguantaba las embestidas y se reía a carcajada limpia.
Porque no tenía miedo a caer en el abismo.

Caído y pisoteado. Muerto. En su rincón.
Dio esperanza a los hombres, pero ninguna guardó para él.
Ni siquiera una última mano, ni aliento para darle vida.
Porque el olvido existe y ya todos olvidan y él, en cambio, tiene la memoria intacta y el alma, su alma, es libre.
Porque al fondo del abismo puede llegar la luz.

Salvó la vida, no la suya, sino la de otros.
Dio esperanza a los hombres, pero ninguna guardó para él.
Ni siquiera un último encuentro, ni abrazo.
Porque, aún muerto, alzó su puño y la luz se reflejó en el anillo y así, al menos, pudo tener algo de paz.
Porque lo que se canta, jamás le ocurrirá a él.


Aprendiz de caballero. 
Soñador sin esperanza guardada. La dio toda.

2 comentarios:

  1. Quizá no fuera el Rey del que hablan las canciones, el que traería la paz a su tierra, pero dudo mucho que los que le conocieran le olviden y también creo que el nombre "aprendiz" le queda pequeño.
    Besitos, vecino

    ResponderEliminar
  2. El olvido existe para aquellos que nunca lo han sentido, que nunca han dado todo. Olvidan queriendo y olvidan sin querer.
    Besitos querida vecina.

    ResponderEliminar

El silbido del energúmeno - Capitulo 9

     Me es imposible abrir la compuerta del suelo. No sé si es debido a que me falta fuerza o a que el paso de los años la ha dejado atascad...